Cuida tu jardín delantero, pinta la puerta de nuevo y coloca unas luces tenues que inviten a la prosperidad y las buenas energías.
Otro secreto es la visualización. Cuando nos visualizamos alcanzando nuestros objetivos y viviendo la vida que deseamos, estamos enviando un mensaje poderoso al universo y activando la ley de la atracción.
La suerte tiene mucho que ver con la actitud y como uno piensa respecto a lo que quiere conseguir, afirman los psicólogos.
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También puedes colocarla en tu lugar de trabajo o en tu hogar, como un recordatorio constante de tu intención de atraer abundancia financiera.
La gente a la que suele sonreírle la buena suerte es gente que busca las oportunidades, es decir, no esperan a que las cosas les lleguen por arte de magia. Si quieren un buen trabajo, pelean por conseguirlo y luchan por colocarse en un entorno que favorezca que logren lo que desean.
Nueve naranjas en una habitación alejan la mala suerte, y las granadas potencian la fertilidad. Por este motivo deberías siempre tener varias frutas frescas expuestas en un bol o recipiente en tu cocina.
Contrario a lo que algunas personas piensan, atraer la buena suerte no significa necesariamente que los resultados y logros tocarán la puerta de tu casa de manera inesperada.
Los antiguos druidas creían que las bellotas eran sagradas solían llevar unas cuantas consigo para tener a la suerte de su lado. Todavía se cree que es una buena práctica, y en muchos países se dice todavía que esparcir bellotas por la casa potencia la buena suerte.
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Entonces, tomando en cuenta estos principios científicos, podemos definir la buena suerte como vivencias y situaciones positivas que se presentan en la vida de las personas producto de una actitud correcta y de pensamientos favorables.
Si quieres que la suerte sea un rasgo de ti más que un estado, comienza a ver las cosas como son y no ver las cosas como si vivieras en tu mundo irreal.
Si volvemos a tomar como ejemplo un sorteo, efectivamente, ganarlo depende del azar y cambiar tu suerte de la fortuna, pero nunca podrás hacerlo si antes no emprendes una acción: comprar un boleto.